- Es el mayor volumen de créditos reestructurados en seis años
- Las familias, de lo contrario, bajan en un 30% las renegociaciones
Las empresas españolas pierden fuelle pese al avance de la economía (el Fondo Monetario Internacional prevé un crecimiento para el país del 5,7% a cierre de año) y aumentan el riesgo de impago, aún anestesiado por los alivios puestos en marcha por autoridades y sector financiero, como moratorias de pago o carencias en los ICO, para facilitar su supervivencia durante la pandemia y evitar un incremento en la morosidad. A pesar de estas medidas, las compañías ya dan serios indicios de fragilidad con el alto volumen de crédito renegociado, no visto en los últimos seis años, desde que el Banco de España registra datos.
La banca ha renegociado créditos a las empresas hasta octubre por un volumen de 27.400 millones de euros, lo que supone un 74% más que en el mismo periodo del año pasado, entonces marcado por los continuos confinamientos. El sector financiero recurre a este recurso para facilitar el repago de préstamos a determinados acreditados. El grueso de este tipo de operaciones procede de clientes que mantienen préstamos avalados por el ICO y también de las compañías más expuestas a los efectos de la pandemia.
De hecho, a pesar de que los daños en la morosidad aún no se han materializado, están por llegar. El Banco de España advierte de que el aumento del grado de deterioro es “especialmente notable” entre los préstamos avalados, pasando el porcentaje de créditos ICO en vigilancia especial del 8% en diciembre de 2020 al 16% en junio de este año.
El efecto real de esta circunstancia se espera para mediados de 2022, una vez comiencen a expirar las carencias de pago facilitadas para la financiación avalada por el Estado. De hecho, la situación se torna tan preocupante que el organismo encabezado por Pablo Hernández de Cos ya ha avisado de que determinadas entidades necesitarán incrementar su volumen de dotaciones para cubrir las pérdidas que le entren por los impagos. El escenario no es muy distinto en el resto de la zona euro, donde el supervisor europeo (BCE) también alerta de que uno de cada cuatro bancos europeos necesitará elevar las dotaciones para hacer frente al alza de la mora que se espera.
Regresando al caso de España, el conjunto de la banca se mantiene prudente e insiste en que esperará al próximo año para evaluar qué hacer con la hucha de dotaciones, cuyo grueso se provisionó a lo largo del año pasado. De momento, los bancos no hablan de aumentar esta partida para sufragar los riesgos, puesto que creen que es más que suficiente ya que se realizó con unas previsiones para la economía peores que las actuales, pero tampoco de liberalizar dotaciones, una de las mayores preocupaciones del supervisor español, después de que varias entidades, como el Santander o el Sabadell, hayan minado en el caso del segundo o tengan intención de minar, en el caso del primero, estos recursos en otros países como EEUU o Reino Unido ante la mejor evolución de la economía presentada este verano. Sin embargo, el mayor incremento de los contagios, especialmente en Europa central, y la llegada de la nueva variante ómicron podrían frenar estos propósitos.
Los hogares aguantan
La situación en el caso de las familias es completamente inversa a la hora de la renegociación de créditos, con caídas a lo largo de este ejercicio frente a las de hace un año. Concretamente, la renegociación de créditos en el segmento hipotecario ha bajado entre enero y octubre un 35%, hasta los 1.535 millones de euros, frente a los 2.332 millones del mismo periodo del ejercicio anterior. El mayor pico de refinanciaciones del año pasado atiende, en su mayoría, a las moratorias hipotecarias puestas en marcha tanto por el Estado como por el sector financiero para paliar los efectos de la pandemia a los hogares más afectados que hubieran visto reducidos sus ingresos por la situación.
En el caso del crédito al consumo, las renegociaciones de deuda se han reducido un 31% en los diez primeros meses del año, con 360 millones refinanciados, frente a los 520 millones del mismo periodo de 2020. Esta bajada, al igual que en hipotecas, también responde a que el grueso de acreditados ya se acogieron a las moratorias de créditos al consumo el año pasado, cuya mayoría expiraron a cierre de dicho ejercicio. De momento, el conjunto de la mora en el sector financiero continúa cayendo, hasta el 4,35% a septiembre, el nivel más bajo desde marzo de 2009.