El sector de las ferias en Málaga aspira a consolidar su recuperación

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Hasta hace unos años, el negocio de las ferias era en España muy rentable. Tanto en las ciudades como en los pueblos, estas ‘semanas grandes’ eran los momentos en los que los ciudadanos realizaban un mayor gasto. Sin embargo, la crisis iniciada en 2008 y los nuevos modelos de ocio -especialmente en lo relacionado con los menores- crearon una nueva fisonomía económica, en este caso más ajustada. Desde 2015 este tipo de negocios al abrigo de las ferias se han ido recuperando, por lo que poder mantener ese crecimiento de estos últimos años es el principal objetivo en 2018. El vicepresidente de la Asociación de Feriantes de la provincia de Málaga, Jesús Sánchez, explica que, en general, toda la industria del sector ferial en Málaga sale del pozo a un ritmo más lento que la hostelería, aunque esperan consagrar esta recuperación este verano. «La situación empezó a ponerse mejor el año pasado; ahora aspiramos a mantenernos. Somos un artículo de lujo, el que tiene dinero viene y el que no, se queda en su casa», sostiene Sánchez.

En cuanto al empleo, el portavoz de los feriantes explica que la hostelería siempre aguanta un poco más, pese a que la gente se gasta menos dinero. «Yo he tenido que subir los sueldos porque nadie quiere venir a trabajar en las ferias. La realidad es que uno está fuera de casa, y aunque tengamos mejores condiciones en los recintos, no es lo mismo», afirma.

A su juicio, los negocios de las atracciones son las que más se están resintiendo desde la crisis. «La gente espera al día del niño que es cuando sale más barato, aunque el caso de Málaga capital es diferente. Es una capital con muchísimo turismo, viene gente de todas partes de España y Europa. Aquí todo funciona bien». De hecho, tienen un cálculo esperanzador para el sector: «Este año esperamos que se facture al menos un uno por ciento más».

Y eso, en pleno proceso de expansión del sector en Málaga. El representante de este colectivo desgrana que directamente viven de las ferias unas 1.000 familias malagueñas; una cifra que sigue aumentando. «Ese es otro de los motivos por los que bajan las ventas. Hay mas negocios que antes», matiza antes de aprovechar para un llamamiento: «Necesitamos que nos bajen los cánones y que adapten los aparcamientos».

La visión también es optimista en otro de los sectores donde las ferias tienen más impacto: la hostelería. En el caso de la capital, donde las fiestas de agosto ya están en cuenta atrás para su inicio, el presidente de la Asociación de Hosteleros de Málaga, Javier Frutos, es muy optimista. «Los resultados de la feria van muy vinculados al turismo, ya que no deja de ser un producto turístico», explica. Así, anuncia que prevén una facturación parecida al año pasado e incluso algo superior, sobre todo en lo relativo al Centro. «Parece que últimamente se incide un poco más en el real, pero el tirón del Centro suele ser mayor para los malagueños», añade.

En cuanto a su pronóstico sobre el empleo, Frutos explica que, obviamente, en el mes de agosto el aumento de personal es mayor. «En feria se refuerza un poco más, como en cocina, en sala, pero no mucho más del que tenemos. Es verdad que en algunos sitios se paga más en estos días porque son contratos de una semana, pero afortunadamente hay más estabilidad porque antes no venía tanta gente al Centro en verano, sobre todo entre el 15 de julio y septiembre. Al final lo que sucede es que apenas se refuerza para feria porque ya se ha hecho antes», señala. En el caso de Málaga capital, Frutos incide en que la peatonalización del Centro y la Málaga museística ayudó a esa estabilidad. «La gente venía a la Costa, y ahora notamos ese mayor volumen de gente en el Centro», afirma.

El portavoz de los hosteleros se refiere también a la tipología de clientes. En Semana Santa se trabaja más tranquilo, en feria es más de ocio pero el perfil del visitante aunque sea el mismo se comporta diferente. Hay negocios que trabajan bien en uno más que en otro modelo», aclara.

Otro colectivo implicado directamente en las ferias son las peñas. Aunque el actual presidente de la gestora de la Federación de Peñas, Jesús González, reconoce que en estos últimos años no ha tenido un papel tan activo en feria, matiza que para las peñas es más una actividad para mantener la tradición que por obtener rentabilidad. «Se aspira a cubrir gastos», explica. «Se emplea mucho esfuerzo y mucho trabajo, pero como negocio no lo es. Las casetas familiares son para mantener tradición, poco más», asegura.

En cuanto al empleo, considera que se está recurriendo a mano de obra externa porque hay dificultades para cubrir una semana de trabajo. Además, sostiene que las empresas de catering también están siendo determinantes para cubrir parte de la mano de obra de las barras, por lo que cuantificar esto resulta «imposible».

Sobre los modelos, es tajante. «En Málaga yo creo que sí hay más gente que se va al real de la que había antes, parece que el Centro pierde fuelle. Pero hay gente para todo, Málaga tiene muchos visitantes en estas fechas. Cada uno se decanta por lo que le gusta, pero no son incompatibles; aún así creo que el recinto natural es el real. Es donde creo que se debe concentrar todo el esfuerzo y donde ya hay una inversión en unas infraestructuras», sostiene. Por último, González destaca fuera de la capital a Fuengirola, además de a ciudades como Marbella, Torremolinos, Rincón de la Victoria y Alhaurín de Torre.

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