Acualmente, y con la tendencia al alza generalizada del precio de la vivienda como telón de fondo, hasta una quinta parte de la oferta residencial anunciada en Cataluña en idealista se vería afectada por los nuevos tipos del ITP de venderse al importe que piden los propietarios.
Hasta ahora, existían dos tramos en función del valor del inmueble: un 10% para inmuebles con un valor inferior a 1 millón de euros y un 11% para valores superiores, mientras que la nueva tarifa incrementa la tributación de manera proporcional al valor del inmueble. A partir de 600.000 euros, el tipo escala al 11% y aumenta de forma progresiva, con un máximo del 13% para inmuebles de 1,5 millones de euros en adelante. Una regla general de la que escapan algunos colectivos, como los jóvenes de hasta 35 años o las víctimas de la violencia de género, para quienes hay un tipo reducido del 5%.
De los más de 90.000 anuncios de viviendas en venta que había activos en el marketplace en toda la región catalana el pasado viernes, fecha en la que se activó este incremento fiscal, 17.402 eran de propiedades con un importe que excede esa barrera de 600.000 euros, lo que se traduce en un 19,2%.
La provincia de Barcelona es la que aglutina la mayor parte (casi 10.200 anuncios activos); seguida de Girona (cerca de 6.000), mientras que las provincias de Tarragona (946) y Lleida (284) tienen un volumen inferior de viviendas usadas afectadas por los nuevos tramos de ITP.
Si miramos el peso sobre sus respectivos mercados inmobiliarios, el caso más llamativo es el de la provincia de Girona, donde los inmuebles de más de 600.000 euros suponen un 27,7% del total. Barcelona ocupa el segundo puesto, con un 20,6% de su oferta de viviendas usadas por encima de dicho importe; mientras que tanto en Tarragona como en Lleida la proporción es muy inferior: menos de un 7% del total.
Pese a ello, la subida de este impuesto a las compras de viviendas usadas no se antoja como un lastre para las transacciones entre particulares. Al menos, los expertos consideran que, quienes quieran o necesiten adquirir un inmueble, no lo verán como un impedimento, aunque la operación sí les obligará a asumir un gasto mayor.
Conviene tener en cuenta que esta subida impositiva no es fija, sino que sigue un esquema similar a la retención del IRPF: es decir, solo se abona el tipo superior sobre la parte del valor que entra en ese tramo. Por ejemplo, en una vivienda de 700.000 euros se aplicaría un 10% a los primeros 600.000 euros (60.000 euros) y un 11% a los 100.000 euros restantes (11.000 euros), por lo que la factura fiscal rondaría los 71.000 euros. Y así sucesivamente.
Para una vivienda de un millón de euros, los primeros 600.000 euros estarían sometidos a un 10% (60.000 euros), mientras que a los siguientes 300.000 euros -hasta alcanzar los 900.000 euros- se aplicaría un 11% (33.000 euros) y a los 100.000 euros restantes, un 12% (12.000 euros). Por tanto, el ITP en este caso sería de 105.000 euros, con un tipo efectivo medio del 10,5% sobre el importe de compraventa.























