El bono alemán subirá entre 15 y 45 puntos más este año tras batir el 0%

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  • Eel ‘Bund’ regresó este miércoles a terreno positivo tras tres años
  • El de España ronda el 0,7%, por debajo del máximo de la pandemia, el 1,22%

El mercado está viviendo en los últimos días intensamente el fin de una era. Los estertores de la época de los tipos de interés en mínimos históricos, que nació primero como respuesta de la política monetaria a la Gran Crisis Financiera y se intensificó después en la contundente y sin precedentes contestación de la banca central de las principales economías del mundo desarrollado a la pandemia de coronavirus.

Un importante hecho simbólico que refleja este cambio de ciclo desde la heterodoxia económica se ha vivido durante este miércoles con el regreso de la rentabilidad del bono de Alemania con vencimiento a 10 años, de referencia en la deuda de la eurozona –el Bund–, a terreno positivo en el mercado secundario por primera vez desde 2019, tras llegar a hundirse en cerca del -0,9% en marzo de 2020.

Un proceso de normalización cuidadosamente anunciado por el Banco Central Europeo (BCE) y, sobre todo, por la Reserva Federal (Fed) en Estados Unidos que es una reacción a la escalada de la inflación, principalmente por el elevado coste de la energía y por los cuellos de botella en el comercio mundial, y, al mismo tiempo, un movimiento natural dado que la reconstrucción está en marcha, y debería valerse con el apoyo de estímulos fiscales como el fondo Next Generation de la Unión Europea.

En este proceso, los analistas esperan de media que el rendimiento del Bund acabe 2022 en el 0,15%, aunque las previsiones más extremas se van hasta el 0,45%, en este caso según la valoración de IHS Global Insight, firma conocida por calcular los indicadores adelantados de la actividad económica PMI.

Por debajo de los niveles en pandemia

Para el bono de España a 10 años, cuya rentabilidad ha aumentado hasta rozar el 0,7% desde el 0,3% de mediados de diciembre, la estimación media apunta al 0,85%, aunque dentro del consenso de analistas que reúne Bloomberg, Oxford Economics llega al 1,18%, lo que todavía dejaría a la referencia por debajo del pico de tensión de la pandemia, el 1,22% de marzo de 2020.

Lo cierto es que aunque el BCE confirmó en diciembre que el programa de compra de bonos de emergencia finalizará en marzo, se ha dejado margen para volver a aumentar su presencia en el mercado de deuda si el endurecimiento de las condiciones de financiación amenaza con ahogar la recuperación, sobre todo atendiendo a las necesidades de las economías más endeudadas, como son la propia España o Italia.

El ciclo de retirada de estímulos monetarios va mucho más adelantado en Estados Unidos, donde la inflación se ha trasladado ya al mercado laboral y existe la amenaza del bucle precios-salarios, algo lejano en la eurozona. Dentro de esta normalización, el mercado descuenta ya cuatro subidas de los tipos de interés oficiales en 2022 por parte de la Fed, empezando por marzo, mientras que en la eurozona apenas se atisba una.

“El BCE cada vez tiene menos excusas para seguir comprando bonos, porque eran y son exclusivamente sus compras de bonos, especialmente españoles e italianos, de los que casi es literalmente el único comprador, las que mantienen los tipos de interés de los bonos europeos en niveles no ya artificialmente, sino surrealistamente bajos”, advierte Víctor Alvargonzález, socio fundador de Nextep.

Estabilidad en la prima de riesgo

Este contexto justifica que el Tesoro Público de España asegurara recientemente en la presentación de su estrategia de financiación para 2022 que “la prima de riesgo se mantendrá estable en el proceso de normalización de los tipos de interés”, como de momento está ocurriendo, después de que el BCE haya favorecido unas condiciones de financiación inmejorables durante la crisis del Covid, con el hito histórico de que el coste medio de las nuevas colocaciones cerró 2021 en negativo, en el -0,04%, llevando el coste medio de toda la deuda en circulación del Estado al mínimo del 1,64%.

“La única explicación a esta distorsión financiera era y es que los precios de los bonos europeos están siendo intervenidos de forma masiva por el BCE”, continúa Víctor Alvargonzález, quien considera que “el problema es que Lagarde tiene cada día más difícil manipular los precios y las primas de riesgo: primero, por el cambio en el ministerio de finanzas alemán, con un ministro que ha prometido vigilar que Europa no llegue a un alto e irreversible nivel de inflación; segundo, porque la inflación no es tan transitoria como decía el BCE y va a costar mucho seguir con medidas pro inflación como comprar bonos; y, finalmente, porque la única excusa que le quedaba a Lagarde es la pandemia y el mercado sabe que esa excusa va a ir perdiendo efectividad”.

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