El local que recibió los disparos es conocido por ser visitado habitualmente por futbolistas como Haaland, Kluivert o el entrenador Klopp.
Alrededor de las 12 del mediodía del pasado lunes se desató un tiroteo en Marbella, concretamente en la calle Juan Belmonte. El tirador viajaba de copiloto en una moto, porque ir acompañado ahorra tiempo en estos menesteres de las intimidaciones. Ocurrió en segundos, como lo realizan los profesionales. Y por suerte nadie fue herido.
Al menos 5 proyectiles acabaron en la cristalera del restaurante La Sala Banús, fue un ataque directo cometido a escasos metros del restaurante. Y tuvo que ser así, porque el punto dañado del establecimiento se halla en una calle sin salida, y delante de la cristalera se encontraban aparcados varios coches que no fueron alcanzados. Una advertencia muy severa, porque se cometió de día. En Marbella, estos avisos de carácter mafioso pasan más desapercibidos porque se suelen realizar con más discreción, aunque a finales del pasado diciembre incendiaron dos restaurantes. Pero aquello ocurrió durante la noche y sin testigos.
n esta ocasión, han disparado a plena de luz del día y ante la vista de varias personas, entre ellas Eirik Mæland. Es el entrenador asistente del Molde, el equipo noruego, que compite en la Conference League y que preparaba en Marbella su última eliminatoria contra el Clube Brugge. El equipo se hospedaba en un hotel cercano a esa zona de Marbella, y solían circular por la calle Juan Belmonte camino de los campos de entrenamiento. Mæland no volvió en el bus del equipo, prefirió regresar corriendo. Fue testigo de los hechos, ver un tiroteo mientras haces deporte siempre ayuda a batir tu marca personal. La plantilla del Molde no vio el tiroteo por una cuestión de 10 minutos.
Al menos 5 proyectiles acabaron en la cristalera del restaurante La Sala Banús, fue un ataque directo cometido a escasos metros del restaurante. Y tuvo que ser así, porque el punto dañado del establecimiento se halla en una calle sin salida, y delante de la cristalera se encontraban aparcados varios coches que no fueron alcanzados. Una advertencia muy severa, porque se cometió de día. En Marbella, estos avisos de carácter mafioso pasan más desapercibidos porque se suelen realizar con más discreción, aunque a finales del pasado diciembre incendiaron dos restaurantes. Pero aquello ocurrió durante la noche y sin testigos.
Un recuerdo
Tras la tragedia en Barbate, no ha cambiado nada en la actitud de las autoridades políticas ante el crimen organizado. Se olvidan los planes que se debe aprobar para contrarrestar este fenómeno que ataca a la educación, la economía, y a la seguridad.
Ahora, las narcolanchas que se estaban resguardando en el Guadalquivir y en Barbate, han decidido trasladarse a Cabo de Gata (Almería). De esas, se han podido conocer varias imágenes gracias al Diario de Almería. En Málaga, el pasado domingo entre Estepona y Marbella operaron al menos 6 gomas con total impunidad. Dos de ellas fueron captadas desde la orilla de la playa, porque estaban demasiado cerca.
Además, el 25 de febrero quedó constancia por las cámaras del puerto del Candado que una narcolancha realizó un cambio de tripulación allí, algo poco habitual. Durante varios meses los narcos del hachís evitarán la costa de Cádiz para operar con más asiduidad en Huelva, Málaga, Granada y Almería. Sin embargo, en Marbella, los que trafican con cocaína no han limitado su actividad lo más mínimo. Ni lo harán.