El actor escocés Sean Connery y su esposa Micheline han sido citados a declarar como imputados en la nueva causa que investiga el blanqueo de capitales en el sector inmobiliario. Tendrán que declarar en los próximos días en el juzgado número 1 de Marbella junto a cinco abogados, también implicados.
El caso, que se encuentra bajo secreto sumarial, forma parte de una macrocausa en la que se están examinando diferentes convenios urbanísticos firmados durante el mandato del partido de Jesús Gil en la alcaldía de Marbella. Las imputaciones de Connery, su esposa y los abogados, se suman a la de una veintena de personas que ya han declarado por otras operaciones urbanísticas.
La policía registró el miércoles dos de las sedes de la firma DB&T en la Costa del Sol y Madrid en busca de documentación relacionada con este caso, desgajado de la Operación Malaya contra la corrupción en el municipio marbellí y que se instruye en el Juzgado 1 de Marbella.
El juzgado investiga la venta de la finca Casa Malibú, que había sido propiedad del actor escocés Sean Connery, de 79 años, y donde se levantó un complejo de apartamentos de lujo en primera línea de playa.
El actor que encarnó al famoso agente 007 compró la mencionada finca en los años setenta y los puso en venta en por nueve millones de dólares 28 años después a través de la inmobiliaria británica Knight Frank.
La casa tenía una residencia principal, tres estancias para invitados, piscina y jardines.
La entrada y registro de los despachos se hizo de forma simultánea el pasado miércoles. En la operación participaron agentes de la sección de blanqueo de capitales de Málaga y de la unidad de delincuencia económica y fiscal de Madrid, además de inspectores de la Agencia Tributaria.
El despacho DB&T abrió en 1981 sus oficinas en Marbella y tenía entre sus clientes a numerosos extranjeros, entre ellos Connery. Al menos una decena de abogados trabajaron en su sede de la Costa del Sol, pero en los últimos cuatro años la plantilla se había reducido considerablemente.
La parcela donde Connery residió al menos dos décadas con su esposa Micheline está ocupada hoy por una urbanización de lujo habitada, pero ilegal porque se ha construido más de lo permitido. Para regularizarla, el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) requiere que el promotor, o los propietarios de los apartamentos en caso de que éste no responda, aporten 5.093 metros cuadrados para áreas libres (parques y jardines). Sus apartamentos están a la venta en varias inmobiliarias por precios que van de 1,4 a 2,2 millones.
El veterano actor ya fue citado en marzo de 2009 por un tribunal de primera instancia de Ginebra para explicar unos negocios de diamantes, importantes sumas de dinero y villas de ensueño en la Riviera francesa. En esta historia, que se remonta 30 años atrás, está involucrado un promotor inmobiliario e inversor franco-suizo llamado Jean-René. Connery le hizo un préstamo en 1972 de cuatro millones de dólares para inversiones inmobiliarias en la Costa Azul y recibió como garantía títulos de propiedad y joyas por valor de ocho millones de euros. El problema radica en que el actor terminó vendiendo esos bienes. El promotor inmobiliario murió en 2002 y su único hijo, reclamó a Connery la devolución de los dividendos que le había generado la garantía.